12 julio 2015

La otra edad de oro de las series



Un tema recurrente cuando se habla de series de televisión, y de esa ya manida expresión de "la edad de oro de las series", es mencionar que los guiones más inteligentes e interesantes se han mudado del cine a la televisión. El último en afirmarlo fue Dustin Hoffman hace unos días, y esa afirmación siempre es recibida con incredulidad desde el lado de las películas. También es cierto que hay que matizarla un poco, porque siempre que se dice que el cine está en un estado penoso y que las series le han robado todo el momento creativo, a lo que los críticos se refieren habitualmente es a los grandes taquillazos, a las superproducciones de los estudios, que ya sólo producen remakes o secuelas parea asegurarse el retorno de la inversión.

Los blockbusters han empujado fuera del mainstream de Hollywood a las películas de presupuesto medio, que el cine independiente tampoco puede asumir porque no es tan fácil conseguir financiación. Y, a veces, hasta las películas de presupuestos más bajos se encuentran con dificultades para ponerse en marcha. En la industria televisiva han entrado en juego nuevas cadenas u nuevos proveedores de contenido y hay más oportunidades de que esa idea que no es una película de 90 millones de dólares, sino a lo mejor de veinte, se haga realidad. De hecho, esa mayor presencia de cadenas buscando sus propias series que producir no sólo ha impulsado la célebre burbuja seriéfila, sino que ha dado pie a lo que podríamos llamar la otra edad de oro de las series. No todo el mundo puede hacer las mismas series que HBO, AMC o FX, pero las otras cadenas más "pequeñas", con menos reconocimiento en ese sentido, se animan a probar otros contenidos.

Resulta curioso, por ejemplo, que dos de las revelaciones de lo que llevamos de verano televisivo provengan de Lifetime y USA, canales a los que jamás en la vida nadie incluiría en el canon seriéfilo de excelencia. Pero "UnReal" y "Mr. Robot" son dos títulos muy estimables que buscan presentar un punto de vista original acerca de un tema ya muy visto, como los hackers, o acercarse a un tema que, curiosamente, nadie ha tocado aún, como lo que pasa detrás de las cámaras de un reality show. Ya sea a través del personal estilo visual y narrativo de "Mr. Robot" (y de su inmersión total en lo fácil que es corromper el mundo interconectado actual), o de la poca compasión emocional que "UnReal" tiene por sus personajes, las dos son opciones que demuestran que hay vida fuera del cable premium, y que esa vida puede hasta ser más estimulante que, por ejemplo, las comedias que HBO ha estrenado para su verano.

La edad de oro de las series está también en que un canal como MTV, que hasta ahora se había dedicado a las comedias de instituto (con buenos resultados) y a las series sobrenaturales juveniles, y que decide lanzarse de cabeza a una serie de fantasía que, aunque se ha rodado en Nueva Zelanda, no ha optado por el encanto cutre de "Xena, la princesa guerrera", por ejemplo, sino que ha ido directamente a por el look de franquicias cinematográficas como "El Señor de los Anillos". "The Shannara Chronicles", que está basada en una saga literaria de Terry Brooks, puede ser la serie que ponga un poco más en el mapa a MTV. No tiene por qué ser dentro de las listas de lo mejor del año de los críticos, sino que puede hacer por ella lo que "Outlander" ha terminado haciendo por Starz. No va a reportarle premios, probablemente, pero ha hecho que la percepción hacia el canal cambie ligeramente, que sea tomado un poco más en serio. Y, por cierto, ¿qué habría costado que "Crónicas de la Dragonlance" hubiera tenido una adaptación que, por lo menos, luzca tan bien como parece hacerlo la de "Shannara" en el trailer?

Música de la semana: "Mr. Robot", por cierto, se une a "The Good Wife" y "Hannibal" en la lista de series que utilizan de una manera muy destacable música clásica para algunas de sus escenas más relevantes. Su elección de canciones es muy curiosa, como "Steal my sunshine", el one-hit wonder de Len, para una secuencia de Elliot intentando ser normal, en el mejor estilo de "Trainspotting".

No hay comentarios: